10 Abr

El Acontecimiento transcendental

 Calladamente advino la epifanía del Inte‑rogante, con tenue titilo titilante a sobrenaveiga (a sobre‑na‑vi‑da) en su esencial desmayo.

Ahí‑era, cansada y polvorienta su tristonrisa. Jadeante.

—¿Adónde crees que vas? ¿Persigues por esencia y circunstancia tu SiEnte Venitivo? ¿De dónde vienes? ¿Acaso de una morada originaria? ¿De una edad sin historia? —preguntó el guardián de la Esencia Oculta.

—Vengo de todas partes y de ninguna —re‑puso el caminante, ahincando con templanza el báculo de su poder‑ser en su quebradiza y oscilante microscópica posición duramente conquistada a la montañosa extensión sinfín de nada—. Soy el gusano que agujerea la nada con el aguijón de su ser, tejiendo ensueños de pasajero resplandor. El nacido en la mecida del Brazo Inescrutable que, nadeando, sobre‑nada el anonadamiento. Camino mientras pueda. Vengo y voy, voy y vuelvo del pasado al futuro, del porvenir al pretérito veniente. Traveseando de continuo el imposible + inevitable presente —Suspiro. Crepitación milenaria—. Tu vista no alcanza a vislumbrar la cumbre más baja de esta cordillera que es la chepa de mi alma en siempre‑in‑estable posición. La travesía del desierto tocará a su fin. Mi destino es, creo, llegar allí de donde vine —Pausa. Súbito imperativo—. Aparta, capulloscuro.

Y en el silencio‑entre‑la-palabra, el Ser, rasgando en jirones con el filo de su aliento el elocuente velo de indefinición, clareó su Aquí, y lo roturó con el rodillo atento de su Posibilidad de posibilidades, renovando así de nuevo, de siempre, la preparación de el Acontecimiento, que adviene, que advino, que advendrá…

Apocalipsis III

 

 

10 Abr

Estructura, libro y fragmentos de El Apocalipsis de Juan

Estructura del Apocalipsis de Juan:

 

Prólogo

  1. Cartas a las siete iglesias
  2. Los siete sellos
  3. Las siete trompetas
  4. El dragón y el cordero
  5. Las siete copas
  6. Castigo de Babilonia
  7. Confrontación final y triunfo definitivo de Cristo

Epílogo

Libro del ApocalipsisLibro del apocalipsis 1 – Conferencia Episcopal Española

Apocalipsis III

CAPÍTULO 1

Prólogo. 1, 1-8

1 Revelación de Jesucristo, que Dios le comunicó para mostrar a sus siervos lo que tiene que venir […], por medio de […] Juan.

[…]

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10 Abr

Proyecto Apocalipsis 2003

Proyecto apocalipsis · αποκάλυψη

Duración aproximada de 77’

 

  1. Interpretación libre del Apocalipsis anunciado por Juan el hijo del rayo, desarrollada mediante acciones audiovisuales vertebradas en tres mundos entrelazados: (1) visiones de teologías y demonologías ancestrales, (2) éxtasis oníricos e (3) imágenes del mundo contemporáneo: catástrofes y pestes: guerras, hambrunas, racismos, seísmos naturales y bursátiles, hecatombes y llantos… también: amaneceres, crepúsculos, nubes y cielos estrellados… también: hermosos paisajes —así naturales como humanos—, sonrisas, abrazos, besos, apretares de manos y cuerpos…
  2. Las “acciones” se focalizan en un personaje ambivalente de aspecto hierático y fantasmal: el Monje, quien atraviesa y contempla los diferentes escenarios, sucesos, ruinas, paisajes y visiones sin intervenir en ellos. Su indumentaria consiste en un hábito de una sola pieza con una cruz bordada en pecho y espalda. Los colores de hábito y cruz varían en función del entorno. En ocasiones el Monje duplica, o incluso multiplica su presencia. Si el hábito de un monje es blanco, y la respectiva cruz negra, el hábito de su doble será negro, y la cruz blanca. Se mueven siempre en planos espaciales paralelos, en un constante juego de espejos. Ocasionalmente aparecen umbrales comunicantes en los que los monjes se detienen, encarándose recíprocamente. Atraviesan algunos de ellos de manera que invierten sus posiciones, intercambiando sus lugares en los planos. En tales casos, se invertirán, a su vez, las relaciones plásticas del entorno en que se encuentran.
  3. El último de los tres mundos (realidad actual), y parte del primero (potencias benignas y malignas), se resolverán con material documental foto, vídeo y cinematográficamente obtenido (rodajes y, especialmente, archivo). Las visiones de deidades primitivas se recrearán también infográficamente, enlazándose con las visiones apocalípticas 2d/3d (segundo mundo), que a menudo arrancan o desembocan en la visión de realidades más o menos actuales.

Tormenta, del Álbum AZUL de María del Mar

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03 Abr

El soñador

Llegará el momento y su lugar para la realización de cada sueño. Mas no todos se realizarán.

Unos porque no y otros porque no pueden realizarse. Estos últimos son los sueños de absoluto. Sueños que sólo pueden realizarse si el soñador es Dios, ens omnipotens.

En los sueños o ensoñaciones irrealizables la impotencia se hace consciente de sí misma y adviene el llanto: dolor y desconsuelo por este desgarramiento entre imaginación y realidad que deja entrever el fondo trágico de la existencia, latido trémulo, pálpito muriente, silencioso centro de gravedad de la vida -o más bien, del viviente que la vive.

No soy Dios, y por eso lo imposible no ocurre —no puede ocurrir.

Yo en el estudio

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04 Abr

Diferencia entre dolor y sufrimiento

El propio lenguaje español diferencia entre el dolor y el sufrimiento.

Cuando algo te duele, dices «Me duele»: es algo que recae sobre ti, pero que no eres tú. Casi nada importante de la vida puede llevarse a cabo sin experimentar algún tipo de dolor… El ejemplo paradigmático es el parto: el alumbramiento de una nueva criatura supone para la madre —por lo general— un tremendo dolor, pero es la fuente del mayor milagro cotidiano que vemos todos los días.

En cambio, cuando sufres, dices «Yo sufro»: es la autoconciencia que se ha desplegado sobre el dolor y se ha replegado sobre éste convirtiéndolo en sufrimiento; surge entonces el sentimiento de culpa: la necesidad de buscar culpables, seamos nosotros mismo o sean otros.

Dolor y sufrimiento

24 Mar

Al mal tiempo buena cara

Una vez, caminaba con mi amigo Borja —carpintero, antaño un sabio, Jero lo conoce— por la Alameda de Segovia —un hermoso Paseo lleno de verdes árboles, supongo que álamos—. El día era nublado, pero el paseo me parecía tan bonito que, conmovido por la belleza que me circundaba, le comenté a mi amigo:

—Qué bonita es la Alameda, así con el día nublado… Seguramente, incluso más bonita que luciendo el sol…—. A lo que el amigo Borja replicó—:
—No te creas, Bicho… Cuando luce el sol, sus rayos caen entreverados por entre las ramas –y, sobre la marcha, me lo aclaraba con gestos y señales–, por aquí, por allá… y es un flipazo. Pero, ¿sabes cuándo mola que te cagas…? Cuando nieva… Porque, cuando nieva, Bicho, la nieve se acopla sobre las hojas de los árboles y… —Se interrumpió unos segundos—. Claro, que… Una vez, granizando, vine a correr por aquí y…

Alameda Segovia

En ese momento se frenó en seco, tanto de paso como de palabra, como vislumbrando algo importante… Al cabo de unos segundos, su cara se relajó, y sus ojos se agrandaron en esa mirada sabia que yo ya conocía y tanto apreciaba…

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25 Mar

Una mujer de París, de Charles Chaplin

Una mujer de París, de Charles Chaplin

Chaplin se sentía molesto porque su personaje, Charlot, eclipsaba su talento como director… Así que decidió rodar esta película sin intervenir como actor.

En esta película se produce el —para mí— mejor striptease de la historia del cine.

 

24 Mar

Coplillas a Beti la morena

Basadas en hechos reales.

De la serie Coplillas de ciego

 

Querida Beti:

Te quiero dedicar un poema
pero, ay, tengo un problema:

Y es que no te conozco;
con lo cual, lo reconozco,
es difícil hacer de un poema
algo más que un pastel de crema.

Betty Boop morena

 

Podría recitarte, por ejemplo
–como se reza un domingo en el templo–,
un poema genérico, una especie de cromo,
algo así como:

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23 Mar

Comienzo de la novela en curso El llavero

Madrid, verano, finales del siglo XX.

Fue por aquella época que me creí Jesucristo.

No lo viví como un acontecimiento especial, al menos no dentro de la dinámica en la que me encontraba en esos tiempos. De hecho, ocurrió un día anodino de entre semana.

Tampoco ocurrió por ningún motivo especial. Mi vida no era precisamente la de un cristiano devoto. Llevaba más de una decena de años sin ir a misa; me emborrachaba, me drogaba y me masturbaba regularmente.

Y ni siquiera hacía buenas obras.

Yo enamorado

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