En unos meses se publica La niña de la estrella…
Novelita de amor y fantasía que escribí en 2001.
Podéis visitar la web que estoy haciendo sobre la novela aquí.
Novelita de amor y fantasía que escribí en 2001.
Podéis visitar la web que estoy haciendo sobre la novela aquí.
En https://fotografia.ignacioiglesias.es
Cualquier visitante será bienvenid@
Pensamientos ingeniosos de un imbécil de 23 años recién cumplidos
(tras noche en vela con borrachera incluida)
Cuando uno rebaja sus ideales, está rebajándose entero: lo rebaja todo de sí mismo, —incluso, hasta las ganas de morir.
* * *
De acuerdo: la vida –al menos tu vida– es una apuesta perdida… ¡Pero, muchacho, te creía hecho de otra madera!: ¿Acaso esa inexorable pérdida –llámala “trágica”, si eres aficionado a la grandilocuencia–, acaso ésta tu perdición, es excusa para dejar de luchar?
* * *
No hay sentimiento más triste que éste de saberse innecesario: ¡Qué sórdido y asqueroso cuando, en medio de una situación, junto a aquellos a los que considerabas tus amigos, descubres que eres completamente indiferente ––o sea, que, a todos los efectos, da igual que estés o no presente!
* * *
Hermann Hesse –y con él, muchos y muy eminentes pensadores y artistas– afirma que los motivos reales, auténticos –“fundacionales”, podríamos decir– de nuestra conducta permanecen siempre al margen tanto de nuestra consciencia como de nuestra voluntad: esto es, ocultos en algún recóndito rincón de nuestro ser, en el rincón de los instintos –el rincón donde se instalarían estas especies de resortes que, supuestamente, nos gobiernan como a muñecos–.
Pues bien: no estoy de acuerdo, ni con Hesse, ni con nadie que piense lo mismo; bien es verdad que los hombres actúan, en innumerables ocasiones, movidos por oscuros, inconscientes, involuntarios y hasta indecibles instintos, deseos o querencias; pero, sin duda, también es verdad que un ser humano es capaz de actuar con arreglo a su clara, consciente, voluntaria –¿decible, indecible?– decisión. A éste lo llamo yo “torero”, pues se atreve a agarrarle los cuernos a su destino, –aún a riesgo de descornarse–. Lo jodido, a fin de cuentas, no es ignorar por qué hacemos lo que hacemos; lo jodido es averiguar que lo hemos hecho porque otro quiso que lo hiciéramos.
* * *
¿Por qué no vives de tal manera que, a la hora de mirarte al espejo, te enorgullezca enamorarte de ti mismo?
* * *
Algo tienen en común estas palabrejas con los proverbios de Confucio, las máximas de Buda, las sentencias de Mahoma o los preceptos de Jesús: muchos concuerdan en ellos, pero ninguno los practica.
* * *
Escrita en octubre de 1996
Grabada el 18 de enero de 2016
Videografiada el 19 de enero
by juan Rayos
Algunas consideraciones básicas:
Todos los gobiernos deberían contribuir a la buena vida de los más necesitados, estén donde estén.
Se debería favorecer el desarrollo de los niños superdotados, que por lo general son Grandes por sí mismos y contribuyen al proceso de la Humanidad: Acceso gratuito online a clases de música, lectura, escritura, etc., en todas las lenguas posibles.
Se debería promover una campaña para que nadie en el mundo pasara hambre ni sed: todos los hombres somos hermanos, y quien no entienda esto, mal vamos.
Agua y comida para todos.